lunes, 4 de julio de 2016

Me acuerdo que dolía, verte dolía.

     Me acuerdo que dolía, verte dolía.
Esa noche, esa noche lo único que quería era no dejar de verte; aunque sabía que todo terminaría aquella vez, en aquel lugar; que dejaríamos de ser tú y yo, para ser sólo tú y ser sólo yo.
  No podía dejarte de observarte, aunque la mayoría de veces era de reojo.
  No podía no dejar de hacerlo y de sentir como poco a poco te alejabas de mí, de que estabas ahí en cuerpo... pero en mente, en alma ya no estabas.
  Que presentía querías salir corriendo a cualquier lugar donde fuera para no estar ahí, conmigo.  Querías todo, menos estar junto a mí.
  Lo recuerdo, recuerdo que verte así me dolía; porque yo lo único que quería era estar junto a ti, a tu lado... abrazarte y no soltarte, te quería sentir...
  Pero no podía, tu lado pesimista no me lo permitía, recuerdo que me la pasaba pidiendo perdón... que no quería que ahí terminara todo. Y que por el contrario, que lo único que quería era arreglar todo. Pero no podía, no podía y lo único que quedaba era aceptar lo que tu querías en ese momento... fue tal tu actitud que no me quedó de otra  más aceptarlo...
  Que por un momento pensé que estaba siendo egoísta por pensar sólo en mí y no aceptar lo que tú querías.
  Me dolía, ese ego que tenías me dolía. Nunca pensé que todo terminaría así, tan rápido, de la nada... lo único que quería era estar ahí, no soltarte, no dejarte. Abrazarte, sólo abrazarte, pero era tarde... aunque estabas en cuerpo; tú ya habías partido.
  No me quedó de otra más que aceptar tal cosa, no me quedo de otra más que dejar que partieras, lo único que me dejaste fue ese abrazo que aún puedo sentir; sólo ese abrazo... tan intenso pero también tan débil. 
  No voy a negar que quería detenerte para que no te fueras, para que no partieras.
   No voy a negar que no quería que marcharas, ni que dieras un solo paso más alejándote de mí y que si lo dieras, sería para estar junto a mí.
  No voy a negar que tenía ganas te gritar pidiéndote  que te quedarás...  Que no  partieras.    No lo voy a negar, tampoco voy a negar  que pido a que vuelvas, pido tu regreso... te pido a ti.
   No voy a negar que aún te espero... aún te espero.
  Y ahora sé que tampoco tengo que negar;  que tal vez... quizá, ya no vuelvas. Y tampoco voy a negar que aún, ahora que ya no estás me sigues doliendo.
  Porque no es el dolor de aquello, es el dolor de saber que ya no te tengo, de que ya no   estás... y aún así verte en mí  mente duele, me acuerdo y me dueles.