viernes, 25 de noviembre de 2016

FELIZ PEQUEÑO.

Esta vez me tocó escribirte a ti.

Esta vez fuiste tú al que voy a escribir... debo admitir que me tiemblan las manos y los dedos de no saber que decir. 

y es que, ¿Cómo decir algo de ti? Si contigo se me acaban las ideas... no tengo palabras para ti. 
Contigo tengo algo que no se puede descifrar, es algo que para ser honesta no es fácil de explicar. O más bien, no puedo explicar, tú eres uno a los que nunca voy a escribir lo que quiero escribir.

No, no es fácil explicarlo, es más fácil sentirlo. En pocas palabras prefiero mejor vivirlo o sentirlo, para ser más clara...
Está vez no voy a decirte que te peines, o que te bañes, o que te cambies. 
esta vez no voy a cohibirte, porque hacerlo, sería como decirte que estés quieto y decirle eso a un pequeño es como terminar por decirle que madure antes de tiempo. Y eso es lo que  falta tiempo para comtemplarte... y tiempo para que vivas.
A ser sincera prefiero verte sonreír.

... 

Conozco tu sonrisa; tu, eres dueño de ti.

tal vez ya es tiempo que sepas que ésta, será la primera carta que llegue a ti, pues tu  formas parte de las víctimas a las que he escrito siempre.
¿Sabes? menos mal crecer es una suerte... Los humanos suelen decir que es mejor ser niño y que no sabían que vivían felices en ese entonces hasta que están llenos de responsabilidades; supongo que el tiempo pasa para todos. Ojalá fuera todo mas fácil para los grandes si vieran la facilidad con la que un niño ve las cosas... por ejemplo tú. 
Espero que entiendas que esta carta no es para nadie más, más que para ti. 
Te quiero, y espero ya habertelo dicho las veces necesarias para que no recordases las veces que te lo he dicho... y así no tengas la cuenta de ellos; de lo contrario pensaré que han sido pocas.
                             ...

Algunos lo llaman por su nombre y otros por su apodo que le han puesto desde niño, otro posiblemente desastre.
¿Qué daría yo por que no llore? y las veces que lo haga, yo llore por él. Pero quizá termine llorando con él, aunque no lo sepa.
Él, es el niño que mi madre por primera vez que lo tuvo de frente lo primero que hizo fue verle la frente; traía con sigo ese extraño remolino. Mira que a él le ha costado adaptarse a el, tanto que prefiere tener la melena larga y no es de su agrado el peinado.
Reconozco que no recuerdo la primera vez que lo tuve en frente. Pero el tenía apenas unas horas de vida y yo, ya contaba con 6 años y meses respirando.

Mamá cuando llego con el bebé en brazos en compania de papá, casi se regresa al lugar de donde los humanos le llamamos "hospital"; en su auscencia una loca que es nuestra hermana y yo, aprovechamos para tomar las zapatillas que creíamos de cristal y el maquillaje de mamá. Jugamos a ser princesas y a ser nuestra madre. 
Pocos segundos después nos dió a conocer al pequeño que nos robaría el corazón para siempre. 
Era tanta la curiosidad que me permitió cargarle; ella con miedo a  que le tirara, atenta y cansada veía como lo observaba.

Mira que sí era un desastre; siempre tirando las cortinas de la casa con tan sólo meses de edad.

...

Podría cantarle aún de noche su canción de cuna para dormirlo todas las noches, puede que aún le lea los libros de cuentos con tal de verle dormir.
Puede que aún le vele  por cada vez que se levante gritando porque ha soñado quizá la misma pesadilla, puede que lo alcance aún para bañarle y él termine quedandose en la tina jugando con el agua. 
Puede que deje de preparale la comida que no le gusta y lo conscienta preparandole lo que le gusta. 
Ahora se que ha crecido. Ahora que esta dejando de ser niño, quizá tal vez en edad... pero estoy segura que seguiría teniendo el alma de niño que lo hace amar. 
En verdad créeme que si me dijesen que tendría un hermano así, me volvería a quedar con él .
Trataría de cometer menos errores para no herirlo y llenarlo mas de besos, abrazos y te quieros aunque termine como puberto al que no le agradan los besos de la hermana.

¿De qué manera agradecerle por las sonrisas y los momentos?
A ti que juegas con la vida a que te rrobas los corazones por doquier, que basta con oír tu voz para sonreír.
Que pasas como ladrón sin pedir perdón,  ni permiso robando sonrisas incluso a los adultos que se creen personas serías, que pasas por las carcajadas que logras sacar y siempre terminas haciendo que uno uno sonría...
Sólo me queda por último decir algo:

... 

FELIZ  PEQUEÑO... TE QUIERO.

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