miércoles, 22 de junio de 2016

Los doscientos veintiséis días.

226 DIAS


Ya es exactamente las doce de la madrugada y doscientos veintiséis días para no decir demás
y tengo que admitir que aún te extraño.

Han pasado doscientos veintiséis días y perdón porque no voy a repetir el número exacto aún más.

 comencé a contarlos desde que partiste con la esperanza de verte volver;
y puedo recordar el día, el lugar y la hora casi exacta,
la fecha
 tu cara
esa que quería salir corriendo para no volver a regresar.

me quedé sintiendo el último abrazo;
 fue tan intenso que aún lo puedo sentir,
fue un tan fuerte,
 tan débil a la vez;
a contratiempo
así fue.

Y yo, hasta hoy
el número de los días sigo contando,
 en los que no te he dejado de pensar
 ni de día ni de noche
 y de saber que existes.

Que quiero que sepas que:
no he dejado de echarte de menos.

Es ahora que te debería estar echándote de más...
 Llenarte besos y abrazos
y mas te digo, prefiero hacerlo.

Te he visto con cada huida al cielo, con sus estrellas, con la luna e infinitos de preguntas

 
He llegado a confundirte con susodichos que no tienen nada que ver contigo,
pensando que quizás uno de ellos puedas ser tú y no,
 lo malo
 no eso,
 lo malo es que no lo eres.
Las llamadas que entran al móvil me ponen alerta de que puedes ser tú…
y no,
 no,
 no eres tampoco tú,


y no,
 tampoco ese no,
 impide que comience a ilusionarme pensando que podrías ser tú.


Que después de no serlo, comience por querer gritar tu nombre y grito
pero no,
tampoco me escuchas tú.

¿Cómo explico esto?
que me dejaste mucho, pero también me dejaste sin nada.
me dejaste sin ti y hubiese preferido que no me hubieses dejado nada
(el secreto de saber que se puede sobrevivir después de la huida)
sin la persona a la que estas necesitando que es la misma la que te está matando,
a estarla ahora necesitando.


Es
saber que
hay personas que saben que aman y saben decir porqué;
en cambio, yo no sabría definir que fue,
tal vez tus defectos se me hacen perfectos
si así se le pueden llamar ... “defectos”.

Que
sé que para unos quizá sean eso:
defectos tan solo un par de ellos,
 yo le llamo complementos.


Te fuiste para no volver
llevándote contigo una parte de mí que no te correspondía
y me dejaste tu recuerdo que nuca pedí,

te quedaste tanto en mí, que soy yo la terminé pensando,
la que terminé extrañando.


Nunca sabrás todo lo que me encantas, así a secas
ME ENCANTAS.
Y tú que pensabas que no;
era quitarte aquel arete, no porque no me gustara,
sino porque me gustaba como acomplejaba
 y era tanto que me hacía querer demás.

Que me encantaba
 molestarte de tal forma,
solo para tener de que reír...

No sabrás que no he dejado de pensarte
ni un solo minuto
ni un solo momento
ni un solo instante.

Que pido que regreses, que pido que vuelvas.

Si tan solo pudiera decírtelo dejarlo de guardar en modo silencio.
que es ahí donde estas
 no quiero
 pues tengo entendido que puedo ser privación de libertad.

Voy a repetir
 una
vez más,
si tan solo pudiera verte por última vez,
pediría a aquella estrella que tú no fueras fugaz.

por un momento,
un segundo,
una ocasión más...
 o dos o tres o qué coño.

 dejaré puerta abierta;
 para esperar...
Así que ven; aunque sea bajito, aunque sea sin final.

(Pd: Te Amo, ahora me doy cuenta que ese ya es problema.

                 te escogí a ti no lo voy a negar.)
 

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